Sobre el lunfardo
¿Podemos decir que el lunfardo fue un idioma utilizado por criminales en las décadas de 1920 y 1930 en Argentina?
No. Todos los enunciados de la oración anterior son incorrectos.
Para hablar de lunfardo debemos remitirnos a las obras de José Gobello y de Oscar Conde, además del libro de Oliveri. Oscar Conde explica: «El lunfardo es un repertorio léxico, limitado a la región rioplatense en su origen, constituido por términos y expresiones populares de diversa procedencia utilizados en alternancia o abierta oposición a los del español estándar y difundido transversalmente en todas las capas sociales de la Argentina» Gobello definió alguna vez el lunfardo como el habla que utiliza un argentino cuando entra en confianza.
Con respecto a la primera oración
1) El lunfardo no es un idioma. No tiene un paradigma verbal, no tiene conjugaciones, no tiene declinaciones ni un formato de uso de sustantivos y adjetivos. Uno no habla en lunfardo sino con lunfardo. Si lo tuviera que definir diría que el lunfardo es un vocabulario, a menudo también definido como slang (short language) o argot.
2) Si bien es un error común, (el término lunfardo en su origen significa ladrón) el lunfardo no es ni fue una jerga criminal. Muchísimas de las palabras en él no están relacionadas con el crimen. Pongamos, por ejemplo, la palabra purrete que significa «niño» o descamisado que significa «peronista». Pero es sabido que los primeros lunfardistas (como Benigno Lugones, Luis M. Drago y Antonio Dellepiane) lo relacionaron al ambiente criminal. Sin embargo, el lunfardo es algo popular, cotidiano para todos los bonaerenses, estos términos constituyen nuestra identidad.
3) El lunfardo no es exclusivo de principios del siglo xx. Originalmente se conformó con términos traídos por la inmigración, pero hoy en día continúa siendo usado, aunque haya muchas palabras que ya no se usen. El lunfardista Marcelo Oliveri insiste en que el lunfardo está vivo y más vigente que nunca. Y continúa: «la renovación del lunfardo comienza, precisamente, cuando la creatividad popular ya no hace pie en los dialectismos y jergalismos italianos, sino que se vale por sí misma» El lunfardo a menudo se lo considera un elemento del pasado, se lo considera muerto pero la verdad es que todo el tiempo usamos palabras en las que ni pensamos como lunfardismos, por ejemplo: afanar, bondi, chabón, groso, trucho, laburo, son todas palabras diarias y son lunfardas.
4) El lunfardo no corresponde a la Argentina sino a la zona del Río de la Plata que incluye Uruguay. Argentinismos y lunfardismos no son sinónimos.
Al lunfardo lo encontramos no solo en letras de tango y en cuentos y aguafuertes (principalmente pienso en Roberto Arlt) sino que también en las letras del rock nacional y en ciertas cumbias. Conde ejemplifica con la letra de Llegamos los pibes chorros: Llegamos los pibes chorros/Queremos las manos de todos arriba/ porque el primero que se haga el ortiba/ por pancho y careta le vamos a dar/ aunque no nos quieran somos delincuentes/ vamos de caño con antecedentes.
Dentro del lunfardo encontramos lo que es Vesre. El vesre (pronunciado /Bésrre/) es un juego en el cual se dan vuelta las sílabas o las letras. Esto sería, por ejemplo: broli por libro, feca por café, sarparse por pasarse, bepi por pibe.
Este léxico, este vocabulario que es el lunfardo, fue creado por palabras nuevas o palabras y derivaciones de otras lenguas como el italiano (cocoliche es la palabra que indica tanto el híbrido entre el italiano y el español como la persona italiana que no habla nuestro idioma correctamente), el francés, inglés, portugués, alemán, entre otros además de regionalismos como andalucismos, galleguismos, lusismos, e incluso africanismos como capanga.
Jorge Luis Borges lo consideró un juego de lingüistas, como un artilugio literario y no como algo nacido entre el pueblo del Río de la Plata. Borges escribió, junto a Carlos Mastronardi, una respuesta irónica a un artículo de Guillermo de Torre (que exponía como Madrid debía ser el meridiano intelectual de Hispanoamérica) titulado “A un meridiano encontrao en una fiambrera”. En él se encuentran palabras tales como “Minga”, “Javie”, “Parola”, etc. Borges comprendía el lunfardo como una broma literaria inventada por compositores de tangos y que era ignorada por la gente de la calle, con la excepción de aquellos “adoctrinados por el fonógrafo”
Nada más lejos de la verdad, con perdón de Borges. El lunfardo nació en el Río de la Plata y vive en el Río de la Plata. Vigente incluso en el vocabulario de aquellos que lo desconocen como vocabulario.
Las palabras pertenecientes al lunfardo surgen porque el hablante no encuentra una palabra mejor para expresar lo que quiere decir. Todos estos términos comunes, cotidianos, vulgares, constituyen nuestra identidad y son más que un medio de comunicación. Reflejan como vemos el mundo y como interpretamos la realidad.